La vivienda se adapta a un modo de vida, definido por el cliente, en la que la relación con el exterior, el cercano, del jardín, y el lejano del paisaje, al estar situado en lo alto de una colina junto al mar se perciben desde todas las estancias de la vivienda, volcada hacia este lado, y protegida del vial, más elevado que la vivienda al estar en pendiente la parcela, mediante un cerramiento más opaco y protector.
La pureza y simplicidad formal sólo se ve alterada por la yuxtaposición de materiales diferentes en la misma composición. Madera – revoco – piedra, formando entradas y salidas en un volumen escultórico, donde destaca especialmente la caja de escaleras y acceso, completamente de madera.
Es el propio volumen y forma del edificio el que genera el espacio de transición entre el exterior y el interior, mediante entrantes y salientes a lo largo de toda la fachada, adoptando estos espacios características propias de interior o exterior mediante cerramientos móviles, y protegido del soleamiento excesivo los espacio interiores.
La maravillosa orientación de la parcela ha facilitado el trabajo para mejorar la respuesta del proyecto a las condiciones climáticas, ya que cerrando huecos a poniente y con una fachada de mayor masividad logramos una buena protección, que nos permite abrirnos hacia levante, donde la brisa y el soleamiento es muy agradable en el mediterráneo.