La pelota valenciana es un deporte que con el paso de los años se ha convertido en un evento social, una reunión tradicional que pocos aficionados se pierden. Este proyecto recoge las necesidades sociales y funcionales para respetar la tradición de este deporte.
La gran crujía de hormigón permite que los jugadores se desafíen de forma clara, sólida y segura. A una altura difícilmente alcanzable por la pelota, se diseñan unos huecos que permiten la ventilación cruzada. La cubierta ligera es como un suspiro de aire fresco que descansa en los dos muros de hormigón. La estructura de cerchas metálicas se cubre con un acabado translúcido que protege de las posibles lluvias y aprovecha el sol mediterráneo.
Los espectadores disfrutan de un mirador sencillo, amable y funcional donde no se perderán ningún detalle. Una partida de pelota es una aventura donde la acción y la competitividad rompen sus límites, es una experiencia de contrastes. Este diseño de hormigón y metal es una metáfora de los sentimientos que surgen en este deporte.